diciembre 24, 2010

Electrónica Aristotélica.

Hay una cosa q me vuelve loca, la música electrónica.

Me fascina, me mata, me encanta, o sea me hace de todo. Una buena canción de música electrónica puede cambiar mi humor, mi día, la manera en q camino, cómo respiro, puede modificar mi trato hacia la gente y muy posiblemente me haga sonreírle a cualquier persona con la q tenga algún tipo de comunicación.

Lo q más me gusta es ese preciso momento dentro de la canción, donde parece q esta a punto de terminarse o quedar suspendida en la nada y EXPLOTA, la canción explota, los beats explotan, todas las lineas de música se unen y suben. Sí, sé lo q piensan, es un orgasmo.

No puedo dejar de pensar en la música electrónica como la metáfora perfecta para el teatro, así como la música clásica y la ópera.

La electrónica esta hecha de muchas líneas q se unen, la línea de hasta abajo permanece igual dentro de la canción, puede modificar su velocidad pero no modificara los beats o la secuencia, esa es la base. La línea de hasta arriba es la más obvia, es para mí, la más orgánica. Es la q crece y decrece dependiendo del momento de la canción, en pocas palabras, Electrónica Aristotélica: inicio, nudo y desenlace.

Entre esas dos líneas se esconde todo el conflicto, de primera sólo escuchamos la punta del iceberg, pero basta perderse un poco, volar, intoxicarse, para darnos cuenta de lo grande y profundo q es el iceberg, lo profundo del mar, los amplio de los alrededores, la cantidad de icebers alrededor del nuestro.

Ese mismo estilo lo he encontrado en Florence + The Machine, particularmente en dos canciones: Cosmic Love y Dog days are over, a la cual Glee le hizo un excelente cover. De Florence y en particular de esas canciones tengo q remarcar lo increíble del uso de diversos instrumentos de percusión en la construcción de cada una de las canciones.

Les dejo dos de mis canciones favoritas:




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